La solidaria carta de los multimillonarios franceses






Una nutrida muestra de la élite empresarial francesa ha expresado en una carta publicada ayer, 23 de Agosto, en Le Nouvel Observateur su deseo de contribuir solidariamente ante la díficil situación económica actual, sugiriendo éstos, la implantación de un impuesto de carácter excepcional sobre sus fortunas y por extensión a los más adinerados de su país.
Fuente : tempsreel.nouvelobs.com
Esta sorprendente postura se suma a la puesta de manifiesto por el inversor estadounidense Warrent Buffet que también publicó el pasado 14 de Agosto,  un artículo de opinión en el  The New York Times, titulado “Stop Coddling the Super-Rich” cuya traducción literal es “Dejen de mimar a los supermillonarios”, en el que también se sugería que los ricos tenían que pagar más impuestos.

¿Qué puede llevar a estos multimillonarios, en pleno mes de Agosto, a manifestar públicamente su deseo de  pagar más impuestos? Respecto a las motivaciones que pueden mover a Warrent Buffet a ello no tengo respuesta alguna pues este señor es impredicible y se puede permitir el lujo de comportarse como lobo y cordero bipolarmente cuando se le antoja.  Ahora bien respecto a la carta francesa, me ha llamado la atención que en la misma hacen referencia a los efectos indeseables de la fuga de capitales y el crecimiento de la evasión fiscal.
Y voilá, aquí puede estar para mí la clave de la cuestión para entender que esta misiva se produce una semana después de la intención expresada por Merkel y Sarkozy, el pasado 16 de Agosto, de gravar con un impuesto las transacciones financieras. Ya los mercados recibieron de muy mal tono tal posibilidad y la banca europea respondió diciendo que ello provocaría lo que estos multimillonarios temen en su carta.
Si yo estuviera en su lugar también estaría “acojonado” por la posibles consecuencias económicas de una medida política que puede poner en peligro la evolución de los negocios sobre los que se sustentan dichas fortunas. Y en un momento de miedo generalizado como el que estamos viviendo, tiraría de la agenda y llamaría a otros ricos como yo para intentar de forma conjunta mejorar nuestra imagen ante la opinión pública e intentar influir  en los políticos para que tomaran otras medidas no tan nefastas para nuestros negocios productivos y financieros.   
Es decir preferiría pagar más impuestos de los ya conocidos aunque tuvieran un carácter excepcional que hacer frente a un nuevo impuesto sobre el capital que pudieran golpear financieramente a nuestros negocios o nos  hicieran más difícil hacer crecer nuestras  fortunas en los mercados de capital. 
Esta es la interpretación que yo hago de la misiva enviada por estos multimillonarios franceses. Me he permitido la licencia de traducir la carta original del francés al español para que cada cual tenga la posibilidad de interpretarla y también poder leerla entre líneas como yo lo he hecho. Seguro que llegaís a conclusiones variadas y diferentes.  He aquí la traducción literal de la misma:
Nosotros, presidentes y dirigentes de empresas, hombres y mujeres de negocios, financieros, profesionales o ciudadanos adinerados, deseamos la implantación de una “contribución excepcional” que grave a los contribuyentes franceses más favorecidos. Esta contribución seria calculada proporcionalmente y de forma razonable con el objeto de evitar los efectos indeseables que pueda provocar la fuga de capitales o el crecimiento de la evasión fiscal.
Somos conscientes de habernos beneficiado plenamente de un modelo francés y de un entorno europeo con el que estamos comprometidos y queremos ayudar a preservar. Esta contribución no es una solución por sí misma: debe ser entendido dentro de un esfuerzo más global de reforma, tanto en los gastos como en los ingresos. 
En un momento en el que el déficit de las finanzas públicas y las perspectivas de empeoramiento de la deuda del Estado amenazan el futuro de Francia y de Europa, en un momento en el que el Gobierno nos pide a todos un esfuerzo solidario, creemos que estamos obligados a contribuir. 


Este es el texto en cuestión. Ahora son los Sarkozy, Obama, Merkel, Zapatero, de turno, los que deben decidir cuánto y de qué forma han de aumentar la presión fiscal a todos y especialmente a los más ricos. Tontos serían sino aprovechan este momento en el que algunos de los más ricos se prestan voluntariamente a ello e incluso lo  plasman por escrito. Por cierto, en España y según la misma Ministra de Economía, Elena Salgado ningún multimillonario se ha pronunciado de forma parecida o similar a sus colegas franceses.   


Por si a alguién le interesa he aquí la relación de los dieciséis firmantes de la carta francesa:


Jean-Paul Agon, Consejero Delegado de L'Oréal
Liliane Bettencourt,  Accionista de L'Oréal
Antoine Frérot, Director General de Veolia Environnement
Denis Hennequin, Presidente y Director general de Accor
Marc Ladreit de Charrière, Presidente de Fimalac
Maurice Levy, Consejero Delegado Publicis
Christophe de Margerie, CEO de Total
Oudéa Frederick, Director General de Société Générale
Claude Perdriel, Presidente del Consejo de Le Nouvel Observateur
Jean Peyrelevade, Presidente de Leonardo & Co Francia
Franck Riboud, Presidente de Danone
Stéphane Richard , Consejero Delegado de Orange
Louis Schweitzer, Presidente de Volvo y AstraZeneca
Marc Simoncini, Presidente y fundador de Meetic y Capital Jaïna
Jean-Cyril Spinetta, Presidente de Air France-KLM y
Presidente del Consejo de Seguridad de Areva
Philippe Varin, presidente de PSA Peugeot Citroën.



Publicado el 24 de Agosto de 2011



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